El grupo parlamentario popular planteó hace unos meses ante las Cortes de Castilla y León una modificación en la normativa de enterramientos de la comunidad mediante la cual sería posible que las inhumaciones se llevaran a cabo según la tradición de las diferentes confesiones religiosas con el objetivo de progresar en la cohesión social. La principal afectada ante este cambio es la comunidad musulmana. Su rito fúnebre consiste en depositar el cadáver directamente en tierra, recostado sobre el lado derecho y con la cara dirigida hacia La Meca. Envuelto en un sudario, previamente lavado y purificado.
Antes de que se aprobara esta modificación, en Castilla y León la ley obligaba a realizar las inhumaciones con féretro. La única medida que se tomaba para que los cuerpos fueran enterrados de acuerdo a la religión musulmana era introducir tierra en el ataúd o hacer un agujero en él. Esto se debe a que es esencial para la Comunidad Islámica que el cuerpo esté en contacto con la tierra.